Rutas para Descubrir la Naturaleza del Distrito Metropolitano
Pocas ciudades del mundo te permiten ver colibríes en las montañas andinas y oír tucanes en el bosque nuboso, todo en un solo día.
Quito, situada en el corazón de los Andes y rodeada por una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta, es uno de esos lugares. Esta región forma parte del Chocó Andino, conocido por su gran variedad de plantas y animales.
Quito es un refugio natural con más de 550 especies de aves registradas, muchas de ellas únicas o en peligro de extinción. Desde los páramos de gran altitud hasta los bosques tropicales del noroeste, la ciudad y sus alrededores ofrecen distintos hábitats ideales para la observación de aves, o aviturismo, como se denomina aquí. Estas rutas son perfectas para quienes disfrutan con las actividades al aire libre y el turismo de naturaleza y aventura.
A continuación, te invitamos a descubrir las rutas más famosas para la observación de aves dentro del Distrito Metropolitano de Quito, un viaje que combina aventura, cuidado del medio ambiente y belleza natural. No olvides visitar algunas de las granjas de la zona que ofrecen experiencias únicas para la observación de aves.
1. La Reserva de Yanacocha: el hogar de los colibríes
Situada en las faldas del volcán Pichincha, a sólo 45 minutos del centro de Quito, la Reserva de Yanacocha es un lugar fácil de visitar y muy interesante para quienes disfrutan con la observación de aves y el ecoturismo.
Gestionada por la Fundación Jocotoco, esta reserva protege más de 950 hectáreas de bosque andino y páramo, donde viven importantes especies como el Pechinegro (Eriocnemis nigrivestis), una de las aves más amenazadas del mundo y símbolo de la conservación en Ecuador.
Los senderos naturales bien señalizados, rodeados de abundante vegetación, te permiten ver hasta 40 especies de colibríes en un solo paseo. Entre los más buscados están la Estrella Andina, el Colibrí Colilargo y el Inca de Collar. Además, estos senderos ofrecen buenas oportunidades para fotografiar aves y disfrutar del paisaje.
La reserva también tiene miradores naturales desde donde puedes ver otras aves como tangaras, palomas, tucanes y rapaces de alto vuelo. El clima es fresco y el silencio sólo lo rompe el zumbido de pequeñas alas que parecen brillar a la luz del páramo.
Yanacocha es sin duda un santuario para los colibríes cerca de Quito. Su proximidad a lugares como Nono y la Mitad del Mundo en Calacalí lo convierte en un destino ideal para excursiones desde Quito.
2. Reserva Maquipucuna: el bosque nuboso en su máxima expresión
Situada a poco más de hora y media al norte de Quito, en el valle de Nanegal, se encuentra la Reserva Maquipucuna. Este bosque nuboso de más de 6.000 hectáreas, situado en la región del Chocó Andino, es uno de los lugares más importantes para la conservación de las aves en Sudamérica.
Aquí se han encontrado más de 400 especies, entre ellas el Gallito de la Peña (Rupicola peruvianus), cuya danza de cortejo es uno de los espectáculos naturales más impresionantes de los Andes.
Maquipucuna también alberga especies como el Quetzal Dorado, el Tucán Andino, la Mota de Corona Azul y el Búho de Anteojos. En ciertos meses del año, la reserva también recibe visitas ocasionales del oso andino, lo que la convierte en un lugar especial para los amantes de la vida salvaje y las actividades al aire libre.
Los alojamientos rurales y ecológicos de la reserva permiten vivir una experiencia completa: despertarse con el sonido de los pájaros, caminar por senderos cubiertos de niebla y ver cómo la selva se mueve al ritmo del agua y el viento.
Maquipucuna es un tesoro natural donde cada paso trae una nueva melodía de alas.
3. Reserva de Verdecocha: biodiversidad de gran altitud
A unos 30 kilómetros del centro de Quito, en la parroquia de Nono, se encuentra la Reserva de Verdecocha, una zona protegida que forma parte del Corredor del Oso Andino y de la Reserva de la Biosfera del Chocó Andino.
Con una altitud de entre 2.800 y 3.600 metros, ofrece una transición única entre el bosque montano y el páramo altoandino, creando un hogar ideal para muchas especies de aves.
Los visitantes pueden ver aves famosas como el Pájaro Paraguas (Cephalopterus penduliger), el Tucanete Pechigrís, el Treparriscos Gigante y varias especies de búhos y halcones.
Verdecocha es perfecto para quienes buscan una experiencia tranquila cerca de la naturaleza. Sus senderos cubiertos de musgo conducen a un paisaje que parece congelado en el tiempo y ofrecen unas vistas impresionantes.
Los guías locales, expertos en observación de aves, ofrecen recorridos personalizados para fotógrafos y aficionados especializados.
Además, Verdecocha permite acceder fácilmente a otras reservas cercanas, como Yanacocha y Pahuma, formando un itinerario ideal para tres intensos días de observación de aves andinas.
Se recomienda buscar alojamientos cerca de Quito centrados en la observación de aves para disfrutar aún más de esta experiencia única.
4. Reserva de Orquídeas de Pahuma: entre cascadas y colibríes
Situada en la ruta de Nono a Mindo, la Reserva de Orquídeas de Pahuma combina dos maravillas naturales: aves y orquídeas.
Con más de 600 tipos de plantas que crecen unas sobre otras y un terreno con muchas cascadas, Pahuma ofrece una experiencia única que incluye el ecoturismo en las fincas cafeteras cercanas.
Aquí podrás ver más de 250 especies de aves, como la Tángara Multicolor, el Quetzal Resplandeciente, el Pájaro Carpintero Dorado y varios colibríes, así como mariposas que llenan el paisaje con sus vivos colores.
El paseo más popular es el sendero a la Cascada Oculta, donde el sonido del agua se mezcla con los cantos del bosque húmedo y el aroma del café recién recolectado.
El centro de visitantes tiene miradores para la observación y una cafetería ecológica donde los comederos atraen a muchos colibríes, ofreciendo una experiencia fotográfica cercana e impresionante para los amantes de la naturaleza.
Pahuma muestra que la belleza del bosque nuboso reside en los detalles, en los colores y en los pequeños movimientos de la vida diminuta, invitando a los visitantes a explorar sus senderos y descubrir su gran variedad de vida.
5. La Reserva de Yanahurco y los Páramos del Sur
Al sur del Distrito Metropolitano, las sierras de Lloa y Atacazo guardan un lugar especial para los amantes de la naturaleza: los páramos de Yanahurco.
Estos ecosistemas fríos, situados a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, ofrecen una experiencia única: aquí el silencio es profundo y el paisaje se extiende hacia el cielo.
Entre praderas doradas y lagunas heladas, puedes ver animales adaptados al clima frío, como el Caracara Carunculado, el Chorlito del Páramo, el Colibrí Gigante y el Canastero Ecuatoriano. También hay animales autóctonos de la zona, como el ciervo orejudo y el cóndor andino, que sobrevuela a menudo las laderas de Pichincha.
El cóndor andino, símbolo del país y una de las aves voladoras más grandes del mundo, es común en esta zona.
En Lloa, hay granjas comunitarias que ofrecen caminatas guiadas, paseos a caballo y actividades para conservar la naturaleza. Estas experiencias de turismo rural en Ecuador te permiten disfrutar de la belleza natural a la vez que apoyas a las comunidades locales.
6. Noroeste: Tulipe, Pacto y Mashpi
El noroeste de Quito es una zona donde los Andes se encuentran con la selva tropical del Chocó, una de las zonas con mayor diversidad de plantas y animales del mundo.
Aquí hay parroquias como Pacto, Gualea, Nanegal y Tulipe, donde los bosques húmedos albergan cientos de especies de aves tropicales.
También se incluye la región andina del Chocó, que incluye el Bosque Nuboso de Íntag, famoso por su variedad de plantas y animales, además de ofrecer actividades al aire libre como kayak y ciclismo.
El Mashpi Lodge, situado en una reserva privada del mismo nombre, está considerado uno de los mejores lugares del mundo para la observación de aves.
En estos bosques se han encontrado más de 400 especies, entre ellas el Tucán del Chocó, el Pájaro Paraguas, la Tángara Dorada y el Manacín de Corona Azul.
La zona también cuenta con proyectos comunitarios en Pacto y Gualea, donde los guías locales llevan a los visitantes a ver aves, mariposas y mamíferos.
Si quieres descubrir estas maravillas naturales, busca excursiones desde Quito que te lleven a explorar la diversidad de la región noroccidental.
Cada mañana, los sonidos del bosque crean una melodía natural que nos recuerda que Quito es una ciudad entre dos mundos.