A sólo una hora de la ajetreada capital, Quito ofrece una ruta mágica, verde y tranquila.
Este camino serpentea por montañas, ríos y pueblos donde el tiempo pasa lentamente, marcado por las campanas de las iglesias, el olor a pan fresco y las risas del mercado.
Esta es la Ruta Escondida, una joya rural que conecta cinco parroquias del noroeste del Distrito Metropolitano: San Miguel de Perucho, Puéllaro, Chavezpamba, parroquia Atahualpa y San José de Minas.
Un viaje a través de valles, colinas y tradiciones
La Ruta Oculta es más que un sendero turístico; es una experiencia completa de tierra, cultura y naturaleza.
Situada entre 2.000 y 2.800 metros sobre el nivel del mar, incluye caminos rurales, carreteras panorámicas y miradores naturales.
Por el camino, verás paisajes cambiantes: desde valles llenos de fruta hasta bosques nubosos llenos de pájaros.
En cada parada hay algo que probar, una historia que escuchar y sonrisas amistosas que conocer.
Esta ruta está pensada para que la sientas con todos tus sentidos, no sólo para que la veas.
Puéllaro: el jardín frutal de Ecuador
Tu viaje puede comenzar en Puéllaro, conocido como el jardín frutal de Ecuador.
En su rica tierra crecen mandarinas, aguacates, limones y guayabas que llenan de color la zona.
En febrero, Puéllaro celebra la Fiesta de la Mandarina, llena de música, comida y desfiles que celebran esta fruta.
Puéllaro también tiene un tesoro arquitectónico: la Iglesia de San Pedro de Puéllaro, construida en el siglo XVIII con una torre blanca que destaca entre las colinas.
Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar del mirador de Guayllabamba, que ofrece unas vistas impresionantes, sobre todo al atardecer, cuando el valle se tiñe de oro.
Si buscas sabores locales, prueba el pan especial de mandarina, que mezcla tradición y creatividad, o el helado artesanal de aguacate, un sabroso manjar que se ha hecho famoso aquí.
San Miguel de Perucho: historia y calidez
A pocos minutos de Puéllaro está Perucho, un pequeño pueblo lleno de carácter.
Sus calles empedradas y sus edificios de estilo antiguo recuerdan a los visitantes su pasado como importante punto de comercio entre Quito y el norte.
El ambiente tranquilo es perfecto para pasear despacio, escuchar historias locales o relajarse en un banco de la plaza principal mientras ves pasar la vida cotidiana.
Perucho es famoso por su sancocho peruchano, un contundente guiso hecho con carne, yuca (mandioca), plátano verde y especias locales.
Los deliciosos olores de las cocinas familiares muestran lo mejor de la cocina rural de Quito.
No te pierdas el Museo Perucho, que comparte la historia y la cultura locales.
Los senderos cercanos llevan a ríos y cascadas escondidos. A muchos visitantes les sorprende la hermosa Cascada de San Luis, ideal para hacer fotos y caminatas cortas.
Chavez pamba : naturaleza y tradiciones
Más allá, entre colinas y carreteras sinuosas, se encuentra Chavezpamba, una parroquia donde la naturaleza se une a costumbres ancestrales. Los lugareños siguen celebrando actos tradicionales como la Fiesta de San Pedro, que reúne a la gente con música, danza y fe.
Los visitantes pueden conocer proyectos de turismo comunitario centrados en la protección de la naturaleza y la promoción de la agricultura sostenible. La belleza natural de la zona la hace perfecta para el senderismo y la observación de aves. Los amaneceres aquí, envueltos en una luz brumosa, son una visita obligada para los fotógrafos.
Uno de los mejores lugares es el Mirador de La Loma, que ofrece vistas panorámicas del verde valle y, en los días claros, del volcán Cayambe.
Parroquia de Atahualpa: Flores, Tradiciones y Montañas
La siguiente en la ruta es Atahualpa, conocida por sus suaves montañas, granjas y clima suave que invita a los visitantes a quedarse. Esta parroquia es famosa por su cálida hospitalidad, su artesanía y su arquitectura rural. La sencilla pero elegante iglesia central sirve de lugar de reunión para los lugareños. Atahualpa también es conocida por cultivar flores y frutas que aportan vivos colores a los mercados locales. Los fines de semana, las familias de Quito acuden aquí para disfrutar del aire fresco y probar platos tradicionales como la fritada de cerdo, las empanadas de viento o el higo con queso. Recientemente, las empresas locales han promovido actividades como el agroturismo, donde los visitantes pueden recoger frutas, conocer los métodos de cultivo y compartir comidas hechas en la granja.
San José de Minas: historia minera y belleza andina
La última parada es San José de Minas, rica en historia y naturaleza. Su nombre procede de la minería de la época colonial, cuando se extraían minerales preciosos de las montañas cercanas. Esta herencia se muestra en su nombre, así como en su gente trabajadora y amable, que se siente profundamente unida a su tierra. Puedes visitar aquí el Museo de la Comunidad, que expone objetos de herramientas antiguas e historias sobre cómo creció el pueblo. También puedes explorar senderos a través de barrancos, ríos y cascadas, ideales para los amantes de la aventura.
El río Guayllabamba atraviesa esta zona creando hermosas escenas perfectas para relajarse o hacer picnics. El clima suave y soleado en su mayor parte hace que sea una forma estupenda de terminar tu viaje.
A una hora de Quito, la Ruta Oculta revela pueblos, montañas y tradiciones vivas.
Partiendo de la ciudad de Guayllabamba, la Ruta Oculta te lleva en un viaje a través de pintorescos pueblos, enclavados en medio de impresionantes montañas. Estos pueblos albergan comunidades indígenas que han conservado sus tradiciones ancestrales y su forma de vida. Los lugareños acogen calurosamente a los visitantes, ofreciéndoles una visión de su vibrante cultura a través de danzas tradicionales, música y artesanía.
A medida que avanzas por la ruta, te encontrarás con impresionantes paisajes adornados con exuberante vegetación y cascadas. El sonido de los ríos caudalosos te acompaña, proporcionándote una sensación de serenidad y tranquilidad.
Los entusiastas de la naturaleza estarán encantados con la abundancia de rutas de senderismo que permiten explorar las maravillas naturales de la región. Desde densos bosques rebosantes de diversa flora y fauna hasta lagunas ocultas que reflejan los picos circundantes, cada paso revela una nueva maravilla.
La Ruta Oculta no es sólo un viaje físico; es una oportunidad para sumergirte en la rica historia y cultura de Ecuador. Es una oportunidad de forjar conexiones con la tierra y sus gentes, fomentando el aprecio por la belleza que se esconde más allá de los caminos trillados.
