Cuando piensas en avistamiento de aves, quizá imaginas bosques nublados remotos o reservas alejadas de las ciudades. Sin embargo, Quito rompe ese esquema: aquí, la biodiversidad no empieza “afuera”, sino que comienza dentro de la ciudad.
En el Distrito Metropolitano de Quito se han registrado más de 500 especies de aves, casi una tercera parte de todas las aves del Ecuador, uno de los países más diversos del mundo en este grupo.
Y aunque muchas de esas especies habitan en los valles, el Chocó Andino y otras áreas rurales del distrito, los estudios muestran que más de 100 especies viven o utilizan regularmente las áreas verdes dentro de la ciudad: parques, quebradas, jardines y corredores de vegetación nativa.
Eso significa que, en Quito, no hace falta ir muy lejos para ver colibríes, tangaras, tordos, atrapamoscas o búhos: basta con levantar la mirada en un parque o salir a caminar temprano por la mañana. Quito no solo está rodeada de naturaleza, es naturaleza.
¿Por qué Quito es un paraíso para las aves?
La riqueza ornitológica de Quito no es accidental. Es el resultado de una combinación de factores:
Situación geográfica: la ciudad se asienta en la cordillera de los Andes, en un punto donde convergen distintos niveles altitudinales y microclimas.
Variety of ecosystems within a single district: páramo, Andean forests, Chocó Andino cloud forests, dry valleys, wetlands and tree-lined urban areas.
Corredores verdes urbanos: barrancos, parques grandes y pequeños, jardines privados y públicos que funcionan como «puentes» para que las aves se desplacen y encuentren refugio.
In addition, the district hosts around 58 species of hummingbirds, approximately half of the species present in the country, which makes Quito an exceptional place to observe these small aerial giants.
In other words, Quito is a city where birds find food, shelter and travel routes. And the visitor or resident can take advantage of this by organizing birdwatching outings without leaving the urban area.
Where to watch birds within the city of Quito
Although the list of sites is long, here are some of the most representative places to begin discovering Quito’s urban avifauna.
Parque Metropolitano Guangüiltagua: un bosque sobre la ciudad
El Parque Metropolitano Guangüiltagua es uno de los mayores pulmones verdes de Quito. Sus senderos de bosque andino seco y zonas abiertas permiten registrar decenas de especies de aves; estudios recientes identifican unas 60-70 especies, entre colibríes, papamoscas y tangaras.
Es un lugar ideal para:
Caminar temprano por la mañana.
Llevar prismáticos y una cámara.
Practica la identificación de aves urbanas comunes.
Desde sus miradores también se disfruta de vistas panorámicas del valle de Cumbayá y de la propia ciudad de Quito.
Parque Bicentenario: aves entre pistas reconvertidas
Donde antes funcionaba el aeropuerto de la ciudad, el Parque Bicentenario se extiende ahora como ejemplo de cómo un gran espacio urbano puede convertirse en hábitat de aves. La mezcla de zonas abiertas, árboles jóvenes y humedales artificiales atrae a especies insectívoras y granívoras, así como a aves migratorias que utilizan el parque como punto de descanso.
Aquí se puede:
Dar paseos largos y llanos, ideales para principiantes.
Observa bandadas de golondrinas, palomas, papamoscas tiranos y, con un poco de suerte, aves migratorias boreales en determinadas estaciones.
Parque El Itchimbía: vistas de postal… con colibríes incluidos
El Parque Itchimbía es famoso por sus vistas del Centro Histórico y el Panecillo, pero también es un lugar excelente para observar aves urbanas. Los jardines, los árboles autóctonos y la proximidad a barrancos y laderas atraen a colibríes, jilgueros y zorzales.
Es perfecto para combinar:
Amaneceres o atardeceres con fotografía de paisaje.
Identificación de especies comunes que se adaptan bien a los entornos urbanos.
Jardín Botánico de Quito: un laboratorio vivo de biodiversidad
Situado en el Parque La Carolina, el Jardín Botánico de Quito no sólo reúne colecciones de plantas andinas y amazónicas, orquídeas y especies autóctonas: también funciona como refugio para numerosas aves que encuentran alimento y descanso entre sus árboles y estanques.
Para una experiencia de observación de aves más relajada, con senderos cortos y bien señalizados, éste es el lugar. Es ideal para:
Principiantes en la observación de aves.
Familias con hijos.
Fotógrafos que buscan primeros planos de aves en un entorno controlado.
Barrancos y parques de barrio: la sorpresa está cerca de casa
Los estudios sobre las aves en las zonas verdes de Quito demuestran que la riqueza de especies aumenta cuando hay vegetación autóctona y una buena conectividad entre parques, barrancos y calles arboladas.
Eso significa que no todo ocurre en los grandes parques:
Barrancos como Guápulo y otros corredores verdes pueden albergar más de 30 especies en espacios relativamente pequeños.
Los parques de barrio con árboles autóctonos y buenos setos pueden atraer colibríes, zorzales, papamoscas tiranos e incluso pequeños búhos por la noche.
La invitación es a mirar también el entorno cotidiano: lo que hoy parece «un parque más» puede convertirse en el laboratorio ornitológico personal de cada uno.
Consejos para iniciarse en la observación de aves en Quito
No hace falta ser un experto para disfrutar de las aves de la ciudad. He aquí algunos consejos básicos:
Elige el momento adecuado
Las primeras horas de la mañana (6:00-9:00) suelen ser las mejores: las aves están más activas y la luz es buena.
Empieza por las especies comunes
Aprende primero a reconocer las especies más frecuentes: los colibríes más visibles, los zorzales, las palomas, los jilgueros, las golondrinas. Poco a poco añade especies más difíciles.
Lleva lo esencial
Prismáticos (si los tienes), un cuaderno o aplicación para anotar los avistamientos, una gorra, crema solar y agua.
Sé paciente y tranquilo
Muévete despacio, evita los ruidos fuertes y observa con calma. A veces, permanecer quieto durante unos minutos es suficiente para que los pájaros vuelvan a su rutina.
Apóyate en guías y comunidades
Existen guías de aves para Quito y Ecuador, así como grupos de observación de aves que organizan salidas y comparten listas. Unirse a ellos acelera considerablemente el aprendizaje.
Quito: una ciudad que también se escucha y se observa
Decir que «Quito es un paraíso para encontrar aves» no es una exageración: es una descripción bastante literal de lo que uno puede experimentar si se toma el tiempo de explorar sus parques y zonas verdes.
En una sola mañana uno puede:
Ver colibríes alimentándose de flores autóctonas.
Escucha los cantos de los zorzales, gorriones y papamoscas.
Observa bandadas de aves cruzando de un parque a otro, aprovechando los corredores verdes urbanos.
Si se visita como turista, incluir un día de observación de aves en el itinerario es una forma diferente de descubrir la ciudad. Si se vive aquí, convertir la observación de aves en un hábito semanal puede cambiar para siempre la forma de ver el barrio, el parque y la relación con la naturaleza.
Al final, Quito no es sólo edificios, plazas y volcanes de fondo: es también una ciudad de alas, cantos y colores que invita a ser descubierta con prismáticos… y con mucha curiosidad.
