Y continuando por los sabores del helado, en la Plaza del Teatro está la “Heladería Colonial”, que no deja de sorprender desde hace 70 años. Hernán Chacón, su propietario, esconde bien el secreto de sus padres que nunca revelará; sin embargo, el silencio es un ingrediente invisible que le otorga al helado identidad y vistiéndole de colores intensos, se trata de ese toque misterioso que también guarda Quito en cada calle, en cada recoveco. Refréscate con un helado en Quito.